Verduras y frutas confitadas: Los mejores aliados en la pastelería industrial
Cada vez más se utilizan las frutas confitadas en la pastelería industrial para probar nuevos sabores y texturas y sorprender a los clientes.
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Cada vez más se utilizan las frutas confitadas en la pastelería industrial para probar nuevos sabores y texturas y sorprender a los clientes.
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Para sorprender a los comensales en un brunch, la presencia de fruta confitada y verdura confitada es casi obligada, de esta forma se potencia el sabor y los platos resultan más atractivos.
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En 2020 la irrupción de la pandemia del Covid-19 ha trastocado mucho las tendencias de consumo, especialmente en el sector de la alimentación. En este post vamos a analizar dos estudios que se han realizado recientemente enfocados en el sector de la panadería y la pastelería para comprender mejor cómo ha incidido la crisis sanitaria en los fabricantes y cómo se han adaptado a las nuevas tendencias que han marcado los consumidores.
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El color, por ejemplo, es un elemento que tiene cada vez más importancia a la hora de lanzar nuevos productos, de ahí que se apuesten por colores divertidos como el violeta, naranja, rojo o amarillo. Estos colores son muy atractivos para el público y le incitan a comprobar si el interior del postre es tan excitante como lo que ven sus ojos.
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El proceso de elaboración de las frutas confitadas puede durar unas horas o varios días, todo dependerá del tamaño de la fruta (si se confitan piezas enteras, trocitos o tiras de piel) y su composición (la cantidad de agua que tenga la fruta). Aproximadamente se suele echar un kilo de azúcar por cada kilo de fruta en el almíbar, de esta forma, se evita la proliferación de bacterias que terminan pudriéndola, ya que la capa de azúcar que envuelve las piezas de fruta permite una conservación de manera natural sin añadir ningún tipo de producto químico.
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